miércoles, 8 de mayo de 2013

Poema primero.

Me gusta la pasión que inunda tus ojos
la ira contenida que emana de tus poros
los besos caducados detrás de tus dientes ávidos de sangre
tus gemidos ahogados rayando el placer...
obviando la locura.

Tu verbo ininteligible entre bostezos de pesadilla
tu verso mortal
nuestra mutua forma de odiarnos sin soltarnos
tus lagunas de olvido selectivo
tu saldo
tu estrecha cintura hipnótica
mis maños manchadas con la sangre de tus idilios
tu
yo
y ahora nunca.

Hablando en términos absolutistas
absolutamente nunca he dejado de pensar en tu tinta
la tinta que inunda mis pulmones con mensajes de socorro
tu auxilio
mi ahogo en la gris rutina
tus pasos reventando mi esperanza
tu huida
tu lucha
mi muerte
tu río sin llorar
mi abstracta seguridad
mi elocuente discurso.

Las barbaridades hechas,
dichas y sentidas.
Las ruinas,
el tiempo
la distancia y el olvido.

Poema segundo.

Doy la espalda a mi almohada y transcribo madrugadas inertes,
palpita la televisión con anuncios de tele-tienda.

Secuestrando puertas, almacenando minutos en horas desesperadas,
tal vez necesite a alguien que me calme,
que me lama las heridas, que me susurre suave al oído que todo fluye,
que no huya de mi y que no se sienta a esperar mis mejores momentos.
que no me asuste, que no me aísle.

Me pregunto si estoy preparado para renunciar a mi egoísmo,
si seré capaz de abrir las puertas y entregar las llaves. Si existe
alguien capaz de robarme el aliento,
de flotar por mis venas depurando mi sangre,
si alguien vaga por ahí huérfana de mi,
cantando All i want entre dientes mientras espera el autobús...

Sentencio a la almohada a dormir en el suelo pues es cómplice de mi insomnio.

...alguien cuya piel sea adictiva y anestésico local para mis labios secos,
cuyo olor se impregne en mis cortinas de humo,
que pueda y quiera,
que quiera poder,
y pueda querer a este caminante que cada mas flaco se sabotea día a día
sin excepción de un Lunes liquido, un Lunes intravenoso que envenena mi vida de realidad.

Remembering Ruby

Como abrir las ventanas y subir las persianas un domingo cualquiera de Abril y dejar que entre el sol,
que la brisa marina penetre en el salón, que el susurro del mar se acomode en el sofá...
...eres la calma y la tempestad.
Has entrado sin llamar.
Eres como un baño de espuma, caliente y relajante.
Eres turbia e inestable, divinidad carnal, magia negra...eres pasado, presente y futuro de mis huesos.
Mi amigo duerme tranquilo en el suelo esperando como yo a que llegues de donde quiera que te encuentres
preguntándote humilde e insegura si estas letras hablan de tu locura, y no pueden mas que tratar de describir
una ínfima parte de lo maravillosa que eres para mi.
Quizá aun no conozca las palabras adecuadas para conseguir que te materialices y dejes de ser solo un ideal, un trazo sobre el papel.

Huida

Hoy doy por concluido mi viaje por el inframundo, y por tanto esta será la última vez que escriba en este cuaderno de bitácora.
He visto gente de artificio, he visto fuego entre las sombras y veneno escapando de alguna sonrisa.
He navegado por el río Estigia y he regresado para contarlo, he bebido sangre helada y he sido capaz de dejarlo.
He vivido engañado y sumido en una realidad absurda creada con el único fin de aletargar el espíritu rebelde de esta nuestra generación.
He desafiado a la gravedad en varias ocasiones y cuento mis intentos por derrotas, he sido uno más sin darme cuenta de lo que equivocado que estaba.
He creído en el amor, ahora he crecido y creo en la química, en la física y algo en el destino.
He dejado de escribir.
He lamentado mi juventud e inexperiencia frente a cientos de situaciones, he abandonado la autocompasión,
he comprendido que no se deben obviar las palabras y mucho menos si van ancladas a sentimientos.
He vuelto a escribir.
He aprendido que he aprendido muy poco, y que los errores se van sumando, que hacerse fuerte sobre ellos es de lo que se trata todo esto y que hay días mejores.
He entendido que alguien que estuvo siempre ahí puede cambiar de color sin saber muy bien por que.
He reflexionado, y quizá no haya servido de mucho...