martes, 30 de octubre de 2012

Entre oniria y tu costillar.

Esta noche me alojo en la cuarta planta entre oniria y tu costillar,
con el claro objetivo de hallar la formula secreta para conseguir que tus besos calmen
la sed que me causa este caminar por el desierto de mis dudas y tus prisas.

He perdido la cuenta de las veces que tu cama ha soportado el peso de tu cuerpo y el mio
luchando por convertirse en uno solo, y de las veces que en ella también perdimos la noción del tiempo
entregados a la simple carnalidad, hubo momentos en los que los labios no daban abasto,
se quedaban pequeños a las puertas de la pasión, y que de tan poca distancia la piel perdía
sensibilidad y ganaba en temperatura.

Tu cama transforma las noches en el liquido elemento que bebo directamente de tu cuello,
y que me transporta inconsciente a ese mar en el que naufrago una y otra vez,
me entrego sin oponer resistencia a su violento oleaje, para amanecer en la orilla de nuevo
completamente desorientado y dolorido.

Durante este tiempo que he pasado justificándome, he extrañado muchas cosas,
como el azul de tus sabanas, el frío de tus manos, el olor a incienso, el sabor de tus buenas noches y la textura de tu espalda. Me he sentido huérfano, he pasado tantas noches lejos de tu aliento...
he de confesar que la debilidad se ha apoderado de mi absurda nueva cama,
puse todos mis pecados debajo de la almohada y les prendí fuego.
Esta noche...esta noche he comprendido que si te pierdo estoy jodidamente perdido, y que
estando lejos de ti estoy también lejos de la persona que quiero ser.

jueves, 18 de octubre de 2012

Paciente G

Incapaces de reprimir los impulsos, víctimas de las ganas y culpables de envidia,
una generación que desprovistos de ideales vivimos anestesiados, superados por
la gran cantidad de información a la que tenemos alcance, la cual no somos capaces
de digerir, creiendonos participes de todo pero sin influencia en nada,
lamentándonos de la banalidad que se nos pega a la piel,
nuestra bandera es el hedonismo y nuestro lema aun espera ser escrito con la tinta
de otro.
Ojos nocturnos y camas cansadas, música vacía que llena los oídos de muchos y llega al corazón de nadie,
pasamos mas tiempo frente a las pantallas,  que sumergidos en papel,
huérfanos de las tribus urbanas por elección o discreción, anhelamos aceptación,
tememos destacar tanto como el que dirán otros, que cegados por su necedad son incapaces
de entender que nos son juez ni parte.
Falsedad, frivolidad, traición y egoísmo son el pan nuestro de cada día, quizá yo sea pesimista
pero en esta radiografía no encuentro aliciente para el optimismo,  y tampoco entre la publicación
indiscriminada de momentos de vida privada, suplicando comprensión.
Quizá la contradicción gobierne mis palabras y esto no sea mas que el fruto de una tarde de tedio,
tras las ventanas amenaza de lluvia, y el solo corre a refugiarse bajo las faldas de la luna.
Y quizá valga mas la pena una canción desesperada que veinte poemas de amor.

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jueves, 11 de octubre de 2012

Desacierto

Repasarnos con la piel descalza, destrozarnos, lamentarnos tarde de vivir deprisa,
y prestarnos la sal de los labios. Tus dientes siempre tan certeros, me haces daño,
me haces daño y me matas, castigarnos con indiferencia mal fingida, pero se nos
ve de lejos que si estamos cerca nos sobran algo mas que las palabras para decirnos
que nos mata la distancia.
He trazado novecientos planes para rescatarte de tus cientos de agujeros negros,
en los que te has abandonado, ya no luchas, tu ya no luchas contra tus miedos porque
tu mayor temor soy, te asusta perderme y yo me muero con solo pensarlo,
no me canso de asediarte a besos mal escritos, que leídos al revés son solo sexo
rápido y furtivo, y caso a parte son tus ojos, tus ojos de un intenso verde esquivo,
me alertan, ya es momento de soltar lastre, de entregar la ceniza al viento y de
dejar de perder el tiempo, de ahuyentar viejos fantasmas y transformarlos
con luz ultravioleta en el momento exacto en el lugar perfecto, de dormir desnudos,
de acariciar la luna, de secarnos la lluvia que nos cala las costillas.
Y tus manos, tus manos siempre mojadas de hielo, que rehuyen el fuego pero queman,
que buscan cobijo en el raído vaquero.
Y tu, que te lamentas de mi y de mis tormentas,
y te alejas de nosotros y de mis putas guerras.
Y yo, que solo me encuentro en casa cerca de tu piel erizada,
y no me asusta el desacierto, pero me sobra la sangre si me das la espalda.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Vice

Vacío mis pulmones para confesarte desde el balcón que te echaré de menos, tanto que da miedo, tanto que quizá sea demasiado tarde para olvidar que has olvidado bajo mi almohada los restos de tu verano, y para confesarte también que de todos mis vicios tu has sido el mas perjudicial, que mi adicción a tu piel es enfermiza y que hoy es uno de esos días en los que me pone jodidamente triste pensar en ti, que estoy cansado de hablar de decepción y de querer y no poder.