martes, 30 de octubre de 2012

Entre oniria y tu costillar.

Esta noche me alojo en la cuarta planta entre oniria y tu costillar,
con el claro objetivo de hallar la formula secreta para conseguir que tus besos calmen
la sed que me causa este caminar por el desierto de mis dudas y tus prisas.

He perdido la cuenta de las veces que tu cama ha soportado el peso de tu cuerpo y el mio
luchando por convertirse en uno solo, y de las veces que en ella también perdimos la noción del tiempo
entregados a la simple carnalidad, hubo momentos en los que los labios no daban abasto,
se quedaban pequeños a las puertas de la pasión, y que de tan poca distancia la piel perdía
sensibilidad y ganaba en temperatura.

Tu cama transforma las noches en el liquido elemento que bebo directamente de tu cuello,
y que me transporta inconsciente a ese mar en el que naufrago una y otra vez,
me entrego sin oponer resistencia a su violento oleaje, para amanecer en la orilla de nuevo
completamente desorientado y dolorido.

Durante este tiempo que he pasado justificándome, he extrañado muchas cosas,
como el azul de tus sabanas, el frío de tus manos, el olor a incienso, el sabor de tus buenas noches y la textura de tu espalda. Me he sentido huérfano, he pasado tantas noches lejos de tu aliento...
he de confesar que la debilidad se ha apoderado de mi absurda nueva cama,
puse todos mis pecados debajo de la almohada y les prendí fuego.
Esta noche...esta noche he comprendido que si te pierdo estoy jodidamente perdido, y que
estando lejos de ti estoy también lejos de la persona que quiero ser.

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