martes, 20 de marzo de 2012

Vaho

El mes de Marzo llegó sin avisar, y dejándome la sensación de que se adelantaba a su tiempo,
aunque trajo pocos cambios consigo, algo de frío y varios momentos raros.
Por las mañanas después de ducharme seguía pudiendo leer mensajes cifrados en el espejo,
que me dejaban una sensación de vacío que aun no he conseguido paliar, cada noche
me sentaba tan cerca del fuego que la piel me quemaba y le leía lo poco que había conseguido
escribir durante el día, y juntos arrugábamos paginas y paginas para alimentar las llamas.
Yo apenas lograba dormir unas pocas horas, nunca he sido muy amigo de los sueños,
demasiado frágiles para mi, y las pesadillas se fueron convirtiendo en la única compañía
de mis noches, así que amanecer fumándome la vida, intoxicarme con ilusión las venas y
presentarme ojeroso ante el espejo, pronto se convirtió en mi rutina preferida.
Confesar que no he conseguido llenar sus vacíos ni sus silencios, ni borrar sus huellas, que aun
no he podido curarme las heridas y que casi podría decir que obtengo un extraño placer en
echar sal sobre ellas y admitir que he intentado internarme en aislamiento preventivo, no es algo que
entre en mis planes, pero se que comenzare a petrificarme si no aparece alguien que me salve, he
comenzado a hablar por hablar y a andar por andar, mi brújula no apunta al norte, se le invirtieron los polos en mi última aventura.

1 comentario:

  1. escribes desde el corazon....m ncanta.
    enhorabuena
    besos
    fran

    showroomdegarde.blogspot.com

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