miércoles, 21 de noviembre de 2012

Dialecto invernal.

No puedo hablar, me queman las palabras y cada una de las letras de tu dialecto invernal,
me envuelve Noviembre y me mece entre sus lluvias diarias, me escondo en la sombra de mi cuarto,
me asusta empezar a andar si el tacto de tus manos, espero un tren que no llega, mientras la lluvia
castiga con violencia el asfalto de las calles, resulta casi hipnótico el repiqueteo de las humildes gotas de
agua deshaciéndose contra el suelo que absorbe todas y cada una de ellas, y yo me hago tantas preguntas preguntas sobre tus labios que con un solo beso no sería bastante para responderlas todas.
Me recreo en las notas de viejas canciones de Bon Iver mientras se me enfría el café,
y mi latido casi errático y el tuyo...el tuyo siempre descompasado, siempre nómada...
Tengo el armario lleno de camisas sin planchar y la cama sin hacer, los papeles de una vida
que hoy me resulta ajena sobre el escritorio mezclándose con las facturas que se me acumulan y no hay luz,
los cuadros torcidos desde que el portazo de despedida derrumbo el castillo de naipes en el que estabas cautiva.
Ahora entiendo que para siempre entre tu y yo no dura tanto como en las películas.

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