Nuevas luces de luciérnaga se entremezclan con el vapor de tus ideas ascendiendo
hasta el cielo para reconfigurar el color del arcoiris que sufrió tanto con nuestras
guerras de verdad y almohadas, ahora flotan promesas de verdad y mentiras reales
por el salón de esta casa, y las paredes necesitan una mano de pintura para ahogar
las manchas de soledad.
Te has bebido mi piel, soplando y a sorbitos para no quemarte por casualidad,
has vertido en mi boca tu inseguridad y pronunciado las palabras mágicas
para que me olvidara de mis cargas y miedos,
has bailado en mi cama las mil y una noches procurandome momentos de pura
hipnosis horizontal, hemos visto a través de la persiana escaparse un ojala y cientos
de luciérnagas que comienzan este poema, al que me asomo ahora
para intentar amortizar el dolor que me causa el no haber sabido lo que tenia
hasta haberlo perdido sin remedio, y este espectro es el que me grita al espejo,
y se presenta en mis sueños como mi mas fiero perseguidor, tiñendo de pesadilla
cada esquina, y cada azotea en la que pudiera resguardarme.
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