lunes, 26 de diciembre de 2011

try

Se encienden las luces, me siento a tratar de escribir, esmero la caligrafía, y por más que lo intento solo consigo escribir sobre celos de muerte, besos perdidos, noches etílicas y mañanas calladas.
Sobre las noches que mis sabanas dibujaban tu cuerpo, mis manos adivinaban el trazado de tus muslos, mi aliento valiente se aventuraba a trepar hasta tu nuca para una vez allí anidar, mis susurros se lanzaban en picado a tu oído, sobre las veces que a oscuras apretaba tu pecho contra el mio sin parecerme nunca suficiente la proximidad de tus labios, y por mas que lo intentaba mis pulmones no aceptaban mas aire que el que tu respirabas.
Tienes que saber que nunca quise tus buenos días, por que nunca quise despertar.
Ahora mis sabanas frías me queman los pies, mis dos de la madrugada no son lo mismo sin tus sobresaltos...
Ahora necesitaba oír tu voz, y me has dejado solo, no puedo culparte, pues no merezco más, pero te echo tanto de menos, que no se como levantar la cabeza...

1 comentario:

  1. Casi me haces llorar, lo senti tan real. Hermoso como lo describiste.

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